Explorando el tesoro escondido de San Javier y Yacanto, Traslasierra, Córdoba: Un Viaje a la autenticidad y la naturaleza con aire propio.

En el corazón de la provincia de Córdoba, Argentina, se encuentra un tesoro escondido que desafía las expectativas y redefine la experiencia de viajar: el Municipio de San Javier y Yacanto, ubicado en el departamento San Javier, en la provincia de Córdoba, Argentina. Dentro del Valle de Traslasierra, a aproximadamente 180 km de la ciudad capital de Córdoba, cruzando el camino de las Altas Cumbres, y a 20 km de la ciudad de Villa Dolores, cabecera departamental. Este destino se presenta como poco conocido para los visitantes habituales de Córdoba, pero sus encantos deben describirse como la paz que necesitamos para salir de la rutina.

 

Por Jacobo Malowany

 

Desde la primera bocanada de aire puro, uno de los principales activos de esta joya, se percibe la naturaleza en cada rincón. El microclima de San Javier y Yacanto se convierte en un refugio para aquellos que buscan escapar de los rigores de la vida moderna. Formado por la conjunción de cuarzo, feldespato y mica, los minerales más abundantes de la corteza terrestre y fundamentales para proporcionar un aire más puro. Según Leonardo Rodríguez, secretario de Turismo y Cultura de San Javier y Yacanto, esta combinación de minerales ioniza negativamente el aire, acariciando los pulmones y contando historias del siglo pasado, donde esta propiedad se considera curativa para aquellos que sufren problemas respiratorios.

 

La majestuosidad del cerro Champaquí deja una huella imborrable en cada rincón de este lugar. Con solo 5500 habitantes y 2600 plazas para pernoctar en diferentes formatos, que van desde lugares en estancias o chacras hasta hoteles con todas las comodidades, y campings para los amantes de la naturaleza, San Javier irradia autenticidad y tranquilidad. Aquí, el tiempo parece desacelerar su curso, y la simplicidad del entorno invita a los visitantes a desconectar del bullicio de la vida cotidiana.

 

A medida que exploramos esta región, nos damos cuenta de que San Javier y Yocanto tiene un encanto único que transporta a la felicidad de la infancia. Rodeados de majestuosas sierras y ríos, la provincia de Córdoba se revela como uno de los destinos turísticos más destacados de Argentina, y San Javier, en particular, se erige como una joya oculta.

 

Las Sierras Grandes, con sus picos imponentes y valles serenos, ofrecen el telón de fondo perfecto para unas vacaciones rejuvenecedoras. El cerro Champaquí, de dificultad alta pero gratificante, se alza como la joya de la corona. Sin embargo, para aquellos que buscan experiencias más suaves, San Javier y Yacanto brinda una variedad de senderos para caminatas y circuitos de senderismo a lo largo de sus arroyos, sumergiéndose en la esencia misma de la naturaleza.

 

Nuestra elección de alojamiento, "Posada el Pucará", una encantadora chacra turística, resulta ser una extensión perfecta de la belleza circundante. Con habitaciones espaciosas, cómodas y bien equipadas, este refugio nos brinda una espectacular vista del Champaquí que nos roba el aliento. https://posadaelpucara.com/

La cercanía a los puntos de interés y el paisaje que cautiva en cada esquina hacen de este lugar un santuario para el alma viajera. El personal amable y la disposición para hacer de nuestra estadía algo espectacular se suman a la experiencia de conocer a Nicolás Dávila, su propietario, que cuida cada detalle. Nos cuenta su pasión y su orgullo de tener un espacio lleno de naturaleza y de dar una buena estadía a sus huéspedes. Comprobado por mí durante una noche de campo, con sus sonidos y estrellas, y la observación de aves por la mañana.

 

Salir a caminar por sus calles, con su autenticidad, su aire serrano y sus paisajes que inspiran, nos recuerda que hay lugares donde el tiempo se mide en suspiros de asombro y el lujo se encuentra en la sencillez de la naturaleza. Nos encontramos con comercios diferentes, con artesanos que nos obligan a mirar las cosas de manera diferente; comprar se convierte en parte de llevarnos un recuerdo para nuestra casa y tener esa imagen a diario.

 

La Iglesia San Francisco Javier llama mi atención por sus dimensiones, teniendo en cuenta la cantidad de habitantes que tenía el pueblo cuando se comenzó a construir en el año 1910. Nos cuentan que la historia está relacionada con Ulasdilao Castellano, oriundo de San Javier, quien fuera además el tercer Arzobispo de Buenos Aires. A pesar de todos sus esfuerzos, falleció en el año 1900 sin poder lograrlo totalmente. Cinco años después llegó de vacaciones a San Javier el presbítero Sebastián Monteverde, por ese entonces párroco de Belgrano. Se encariñó con el pueblo, se enteró de los sueños del Arzobispo y que el mismo estaba enterrado en la cada vez más deteriorada capilla. Decidió entonces ponerse a la cabeza para hacer un nuevo templo-panteón que fuera un digno homenaje a Monseñor Castellano. Las placas que hay en el Templo recuerdan a ambos protagonistas de la historia. La iglesia, renovada en sus espacios en 2022, se erige como protagonista en medio de la plaza principal de San Javier. De colores cálidos por fuera y prolija por dentro, con unos bistrós de diseños combinados.

 

También visitamos el Bar y Forrajearía "La Merced", Pulpería de Mario, declarado de interés turístico, con esos encantos visuales de ser proveedores de todo lo necesario para la jornada y bien rural. Su plaza luce colores diferentes, con una feria artesanal permanente y una bandera flameando en su centro.

Otro aspecto destacado fue nuestra visita a Piedra Mora, donde la enóloga Elina Gaido, originaria de Mendoza y establecida por amor en San Javier, ha dado origen a una bodega boutique que produce ediciones limitadas de vinos jóvenes. Su primera cosecha tuvo lugar en 2022, y la combinación de las rocas moras y la altitud del viñedo, ubicado a unos 1500 metros sobre el nivel del mar, confiere a sus vinos una singularidad excepcional. La experiencia incluyó una deliciosa comida y una puesta de sol única, que me sumergieron en una sensación de equilibrio muy buscada. Puedes seguir su cuenta en Instagram @bodegapiedramora.

 

Por la mañana, optamos por explorar las sierras y realizar diversos senderos. La elección fue una visita a la estancia de montaña "La Constancia", cuyo propietario, Agustín Dorado, compartió la historia de sus padres, quienes heredaron la estancia, y cómo la tercera generación la ha adaptado para el disfrute de quienes la visitan. Esta reserva natural de 1200 hectáreas, al pie del Cerro Champaquí, ofrece casas históricas rodeadas de cerros, bosques y arroyos, proporcionando un rincón de paz ideal para descansar y conectarse con la naturaleza. Disfrutamos de un baño en la piscina natural, con agua de propiedades curativas y refrescante, que nos brindó un masaje reparador después de una caminata por los espacios verdes y hacia la cima del cerro. La recomendación de este lugar se confirmó con un almuerzo placentero y un descanso revitalizante. Las habitaciones, con vistas panorámicas, resultaron ideales para desconectarnos de las tensiones del año. Para obtener más información, puedes visitar su sitio web: https://www.estancialaconstancia.com/.

Nuestra vuelta a Carlos Paz por la ruta fue el recorrido por las diversas localidades del camino, volviendo feliz de haber conocido este rincón olvidado por muchos visitantes a Córdoba. Aquí, encontramos más que un simple destino de viaje; descubrimos un santuario para el espíritu aventurero en busca de una auténtica conexión. 

En San Javier, Traslasierra, Córdoba, Argentina, hemos descubierto un secreto guardado por la naturaleza, esperando ser explorado y compartido con el mundo.