En un reciente encuentro relacionado con la profesión que me
apasiona el coaching para ayudar a otros a alcanzar sus objetivos, alguien
planteó una pregunta poderosa que me hizo reflexionar: ¿En qué se basan
nuestras diferencias humanas y por qué es importante no creernos más que otros?
¿Qué nos lleva al éxito y nos permite mantener nuestras ideas sin
discrepancias?
En mi reflexión interior y totalmente personal, me di cuenta
de que, al adoptar etiquetas y títulos, a menudo corro el riesgo de perder la
fuerza de mis ideas y la conexión con quienes me rodean. Por eso, tomé la
decisión recientemente de presentarme
como un igual, enfatizando que "me presento con lo que soy realmente, mis
estudios son parte de mi ser, mi vida es parte de mi camino y mis fracasos son
los resultados de mis experiencias". Gracias a esta pregunta poderosa, he
dejado de usar títulos antes de mi nombre.
Siempre espero que mis estudiantes y las personas que me
rodean me vean, sientan y escuchen como un igual, importando mi formación o mis
logros como algo que transmite lo más importante “confianza”. En lugar de
enfocarme en las diferencias y en el deseo de ser superior a otros, es
fundamental reconocer nuestra humanidad compartida y encontrar unidad en la
diversidad.
Nuestras diferencias humanas se basan en una multitud de
factores, como nuestras experiencias, creencias, culturas y habilidades. Sin
embargo, al abrazar la humildad y tratar a los demás con respeto y amor,
podemos superar las brechas que nos separan y encontrar un terreno común que
nos permita aprender y crecer juntos. Eso es generar confianza, eso es por lo
que me siento profesional. La confianza es mi pilar que el otro reciba mis
preguntas y o mis observaciones como alguien que lo hace con calidad y sin otro
elemento que sus aprendizajes de vida.
El éxito no se trata de tener razón o de imponer nuestras
ideas, sino de estar abiertos al diálogo y al intercambio con otros. Al
escuchar y valorar las opiniones y perspectivas de aquellos que nos rodean,
podemos enriquecer nuestras propias ideas y encontrar soluciones más efectivas
y armoniosas a los desafíos que enfrentamos.
En última instancia, el camino hacia el éxito y la
realización personal no se encuentra en la superioridad o en el apego a las
etiquetas, sino en la autenticidad y la compasión. Al ser fieles a nosotros
mismos y tratar a los demás con igualdad y respeto, podemos construir un mundo
en el que todos prosperen, sin discrepancias ni conflictos innecesarios.
Si te ha parecido útil este mensaje, por favor, no dudes en
difundirlo. No hay derechos reservados, ya que me inspiré en libros que me
ayudan a crecer y en la idea de que nadie es dueño de sus pensamientos. Es como
el software libre: usa mis ideas y compártelas para que otros puedan encontrar
respuestas a sus inquietudes.
❤️ Te abrazo con amor,
Jacobo Marcos Malowany Buchalter
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