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lunes, julio 28, 2014

La guerra más absurda, el conflicto Gaza con Israel

Lo absurdo de una guerra 
Por estos días me encuentro sorprendido por una serie de acontecimientos que han desencadenado un conflicto más en el mundo actual, no sé cómo comenzar mi relato. Lo primero que se me ocurre es presentarme, soy judío, nacido en Uruguay hace cincuenta y cuatro años. Nunca milité en política ni uruguaya ni israelí y no he tenido una participación dentro de mi colectividad como para calificarme de activo judío involucrado en la cuestión israelí. Tengo tres hijas que no son judías, ya que la madre es lo que nos hereda la religión y lo cual nos lleva a entender que ser judío no es opción jamás. Asistí a Escuela y Liceo judío y viajé como muchos por un año en la adolescencia a un Kibutz en Israel. Mi contacto más reciente fue la visita a mi hermano que vive desde hace 30 años en suelo Israelí más precisamente en la ciudad de Eilat. Mario tiene tres hijos de los cuales dos han hecho la Tzaba, que es como se dice en hebreo el ejército obligatorio. Uno de mis sobrinos hoy está en Gaza como un soldado más que defiende a su territorio, de la amenaza externa que pueda violar la seguridad de los habitantes de un país. Dado lo secreto que es toda acción militar desconozco qué lugar ocupa y en qué posición se encuentra. Yo, Jacobo, desde Uruguay, no veo con buenos ojos toda la situación de Gaza y menos lo que puede ser la muerte de ciudadanos Palestinos e Israelíes que no son tenidos en cuenta a la hora de eliminar las lanzaderas de misiles, los posibles túneles y lugares que pueden estar escondidas autoridades que quieren la guerra en forma de terrorismo o recibir bombardeos para eliminar al enemigo. No me alcanza la llamada de alerta, no me alcanza el daño colateral y mucho menos entiendo la muerte de niños que me informan juegan al fútbol en una playa o personas que miraban un partido del mundial. O un país en alerta permanente. Ni siquiera tolero que se mezcle religión, política y nacionalismo. Si hoy tendría que manifestarme en público o por las redes sociales pediría el diálogo, no nuevo, solo continuarlo como se inició hace pocos días entre el Vaticano, la Autoridad Palestina e Israel. Eso que me puso la piel de gallina cuando aterrizó el helicóptero militar de Palestina en Ben Gurión hoy vetado por las Aerolíneas Americanas por las continua caída de misiles y ante una nueva absurda como patética caída de un avión de inocentes como sucedió lamentablemente en territorio en conflicto con armas por la lucha de una soberanía nueva o cambiar de gobierno de apoyo. Las soberanías son derechos y los regímenes democráticos tienen sus respuestas para los casos y en Gaza hoy gobierna Hamas que es territorio de Palestina y en Ramalah gobierna la Autoridad Palestina también territorio Palestino y en Hebron es territorio que gobierna Israel y viven muchos palestinos. Es fácil escribir que no sé quién debe dar la primera reflexión y quién tiene la razón. Son tres ciudades con tres gobiernos y tres visiones del conflicto. Mi posición es la de diálogo y que las víctimas del conflicto entiendan que es la democracia, que es sacrificar su vida, y que la prosperidad de una nación pasa por la felicidad de caminar por las calles sin odios ni rencores. Dando la vida como regalo de hacer lo que queríamos y en donde tenemos derecho a vivir. Todo esto lo tenía pensado hasta hoy 22 de julio a las 15.25 donde recibí una llamada de mi hermano Mario, no es habitual que llame y menos que lo haga entre semana. Un frio invernal con lluvia mojaba mi rostro y por dentro los miedos de relatos que llegan a la mente de las malas noticias. Mario es un ser que nunca lo sentí quejarse, trabaja con pasión y siempre dice que mejor es lujo por lo que desde hace días solo le escucho decir que todo va mal. Me tranquiliza, y me pide un favor muy especial, algo que no esperaba jamás. Me pide con mucha emoción que acuda al cementerio donde está enterrada mi mamá. Por primera vez recordé que los judíos tienen eterna sepultura y que este pedido es algo que un padre desesperado le pida a su hermano que haga plegarias y rezos para que la abuela Fanny cuide a su nieto en este absurdo encuentro de la vida y la muerte. Mis lágrimas de emoción empezaron a sentir algo que nunca entendí, por qué la gente va a la guerra y más a una guerra totalmente absurda. No puedo dejar de entender que siempre la razón prima sobre la emoción y que todos debemos empezar a reflexionar que la vida es lo más hermoso para todos. No siempre morimos en vano y cada una de las pérdidas de ambos lados deja dolor a muchos. La vida humana se ha desvalorizado tanto hasta que hoy en muchas regiones del mundo es más fácil morir de una acción violenta que de una enfermedad. Invito a todos los que me lean a que por un momento pensemos que la paz es la ausencia de guerra y que la vida es la ausencia de la muerte. No más muertes por no entendernos y menos conflictos por causas que pueden tener mejores posibilidades de futuro que recordar los rencores del pasado. Si logramos esto el presente será maravilloso. 
Jacobo Marcos Malowany Buchalter.

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