Desnudan a 120 personas para luego vestirlas en el primer día de rebajas
La tienda de la nueve sede mundial de Desigual ha acogido una nueva edición de su 'nakedparty' que ha dejado completamente sin ropa por primera vez a los participantes
Más de una centena de personas han participado esta mañana en la nakedparty que ha organizado Desigual en Barcelona. Bajo el lema “entra desnudo y sal vestido gratis”, la marca catalana ha concentrado en la nueva sede mundial Desigual en la Barceloneta a un total de 120 participantes completamente desnudos que han protagonizado la apertura de la tienda en su primer día de rebajas.
Esta iniciativa se ha celebrado anteriormente en Barcelona, Madrid y otras capitales internacionales bajo la premisa “semi-naked” (semi-desnudo). No obstante, hoy ha sido la primera vez en la que Desigual ha vetado el uso de ropa interior y ha exigido el desnudo integral como condición sine qua non para participar en el evento. Así pues, tras previa inscripción limitada a 120 personas, la firma catalana ha citado a primera hora de la mañana en el Moll de Drassanes a los participantes y los ha conducido en catamarán hasta el muelle del Passeig Mare Nostrum, donde se alza la sede corporativa junto al Hotel W.
Música, animación, pulseras distintivas y unos tentempiés han contextualizado el corto viaje y han activado a los hombres y mujeres, mayores de edad, que han tomado partido de la fiesta. Antes de llegar a muelle, y gracias a un staff que ha ayudado a dejar atrás las vergüenzas, los participantes se han desnudado íntegramente. Una vez todos han desembarcado de forma triunfal ante la expectativa de múltiples medios de comunicación, entre los cuales se hallaba LaVanguardia.com, las animadoras y staff de Desigual han liderado un paseo ‘al desnudo’ que no ha pasado desapercibido por los turistas más madrugadores. Ya en la puerta de la tienda se ha informado a los participantes de las reglas: tras la cuenta atrás, en una hora debían salir vestidos con un máximo de dos prendas. A las nueve en punto, el tres, dos, uno ha dado paso a una entrada maratónica muy propia de un primer día de rebajas.
La tienda en cuestión, que forma parte del gran complejo Desigual, segundo edificio más largo de Barcelona – seis plantas de 4.000 m2 cada una –, se ha llenado de una avalancha nudista que se ha probado y llevado la ropa que más gustaba. Algunos participantes han agotado la hora entera disponible en busca de una prenda que les llamara la atención mientras que otros, más hábiles, han concluido rápido su elección puesto que ya sabían lo que querían.
“El día de la inscripción no dudamos en entrar y pasarnos un rato mirando qué nos llevaríamos”, ha explicado Ona, quien acompañada por su pareja ha conseguido la cazadora que buscaba. Ambos, pintados de arriba a abajo de distinto colores “para ser más desiguales”, han destacado entre el centenar de desnudos, pero no han sido los únicos. Gafas, pelucas, sombreros llamativos y máscaras venecianas han servido como única vestimenta de varios participantes durante la fiesta, ya fuera dar aún más la nota o bien por esconder su identidad en un amago de vergüenza.
Desnudos sin incidencias
No es la primera vez que Desigual se convierte en foco de atención por sus arriesgadas iniciativas. Entrar semidesnudo -hoy desnudo- y salir vestido ha sido una de las campañas que más se ha extendido a nivel internacional y más atención social ha captado pero ha habido otras iniciativas que, aunque no han cosechado tanto público, sí que han estado tintadas de cierta polémica. En septiembre de 2012 la Guardia Urbana multó a la marca por una acción que llevó a cabo por las calles de Barcelona para promocionar su ropa de casa.
En esta ocasión, no obstante, y aún la vigencia de la legislación que prohíbe el desnudo por las calles de Barcelona, no ha habido ningún altercado con la policía y el evento se ha desarrollado con tranquilidad. Después de esta insólita inauguración de las rebajas, Desigual espera obtener un mayor nicho de ventas en el transcurso de esta campaña estival.
Esta iniciativa se ha celebrado anteriormente en Barcelona, Madrid y otras capitales internacionales bajo la premisa “semi-naked” (semi-desnudo). No obstante, hoy ha sido la primera vez en la que Desigual ha vetado el uso de ropa interior y ha exigido el desnudo integral como condición sine qua non para participar en el evento. Así pues, tras previa inscripción limitada a 120 personas, la firma catalana ha citado a primera hora de la mañana en el Moll de Drassanes a los participantes y los ha conducido en catamarán hasta el muelle del Passeig Mare Nostrum, donde se alza la sede corporativa junto al Hotel W.
Música, animación, pulseras distintivas y unos tentempiés han contextualizado el corto viaje y han activado a los hombres y mujeres, mayores de edad, que han tomado partido de la fiesta. Antes de llegar a muelle, y gracias a un staff que ha ayudado a dejar atrás las vergüenzas, los participantes se han desnudado íntegramente. Una vez todos han desembarcado de forma triunfal ante la expectativa de múltiples medios de comunicación, entre los cuales se hallaba LaVanguardia.com, las animadoras y staff de Desigual han liderado un paseo ‘al desnudo’ que no ha pasado desapercibido por los turistas más madrugadores. Ya en la puerta de la tienda se ha informado a los participantes de las reglas: tras la cuenta atrás, en una hora debían salir vestidos con un máximo de dos prendas. A las nueve en punto, el tres, dos, uno ha dado paso a una entrada maratónica muy propia de un primer día de rebajas.
La tienda en cuestión, que forma parte del gran complejo Desigual, segundo edificio más largo de Barcelona – seis plantas de 4.000 m2 cada una –, se ha llenado de una avalancha nudista que se ha probado y llevado la ropa que más gustaba. Algunos participantes han agotado la hora entera disponible en busca de una prenda que les llamara la atención mientras que otros, más hábiles, han concluido rápido su elección puesto que ya sabían lo que querían.
“El día de la inscripción no dudamos en entrar y pasarnos un rato mirando qué nos llevaríamos”, ha explicado Ona, quien acompañada por su pareja ha conseguido la cazadora que buscaba. Ambos, pintados de arriba a abajo de distinto colores “para ser más desiguales”, han destacado entre el centenar de desnudos, pero no han sido los únicos. Gafas, pelucas, sombreros llamativos y máscaras venecianas han servido como única vestimenta de varios participantes durante la fiesta, ya fuera dar aún más la nota o bien por esconder su identidad en un amago de vergüenza.
Desnudos sin incidencias
No es la primera vez que Desigual se convierte en foco de atención por sus arriesgadas iniciativas. Entrar semidesnudo -hoy desnudo- y salir vestido ha sido una de las campañas que más se ha extendido a nivel internacional y más atención social ha captado pero ha habido otras iniciativas que, aunque no han cosechado tanto público, sí que han estado tintadas de cierta polémica. En septiembre de 2012 la Guardia Urbana multó a la marca por una acción que llevó a cabo por las calles de Barcelona para promocionar su ropa de casa.
En esta ocasión, no obstante, y aún la vigencia de la legislación que prohíbe el desnudo por las calles de Barcelona, no ha habido ningún altercado con la policía y el evento se ha desarrollado con tranquilidad. Después de esta insólita inauguración de las rebajas, Desigual espera obtener un mayor nicho de ventas en el transcurso de esta campaña estival.
*Artículo escrito por Natalia Capdevila, periodista y fundadora del blog One Thousand Shoes
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