La importancia de la planificación, el hacer algo con estudio de variables que puedan dar una ventaja competitiva es lo que describen en estos 10 pasos Tim Clark, Alexander Osterwalder e Yves Pigneur en su libro Tu modelo de negocio (Deusto Editorial), en el que dan las pautas necesarias para que un profesional defina su modelo de negocio para poder ‘venderse’ como si se tratase de una empresa.
Si cualquier empresa que aspira a tener éxito necesita un modelo de negocio determinado, ¿por qué no puede tenerlo un profesional que quiera triunfar en su campo? De esta manera se pueden definir los puntos fuertes y aptitudes para crecer tanto personal como profesionalmente.
Al menos esto es lo que proponen Y es que, en el fondo, todos disponemos de una marca personal que hay que saber evaluar y poner en valor gracias a un esquema bien trazado.
Un modelo que no debería, ni mucho menos, ser estático ya que los tiempos cambian y, con ellos, también deberían cambiar las empresas y las personas. Si las organizaciones modifican sus esquemas para poder adaptarse a la nueva realidad, las personas también deberían “identificar su modus operandi y adaptarse a un entorno voluble”, reza la obra de Clark, Osterwalder y Pigneur.
Sin embargo, saber definir un modelo de negocio no es sencillo. Por eso mismo, este libro defiende que lo primero que hay que hacer es conocer cómo se aplica en la empresa para la que trabajas y de esta manera “utilizar el mismo método de reflexión para definir, perfilar y desarrollar tu carrera profesional”.
Modelo de negocio personal
Modelo de negocio personal
En los modelos de negocio personales, “el recurso clave es la persona, sus intereses, sus competencias y habilidades y los activos que posee o controla”.
Partiendo de este punto, el libro propone diez claves que hay que tener en cuenta a la hora de dibujar tu esquema personal:
1) Recursos clave. Estos engloban: quién eres, es decir, cuáles son tus intereses, competencias y habilidades, y tu personalidad; y qué tienes, es decir, cuáles son tus conocimientos, tu experiencia, contactos personales y profesionales y otros recursos tangibles o intangibles.
2) Actividades clave. Este apartado se podría resumir en ‘el qué haces’. Por eso mismo, debes reflexionar sobre las tareas esenciales que realizas habitualmente en tu puesto de trabajo.
3) Clientes. Si para una empresa los clientes son aquellos que pagan por recibir un beneficio, en el caso de un profesional, entre sus clientes se cuentan las personas de la organización que dependen de tu ayuda; tus jefes, pues se ocupan de recompensarte directamente y, en general, cualquiera que pueda sacar beneficio de tu rendimiento laboral.
4) Valor añadido. Qué ayudas ofreces. Para ello, el libro propone que te preguntes para qué trabajo te contrata un cliente y qué beneficios aporta tu labor. Y es que uno de los aspectos fundamentales del modelo de negocio personal es “entender cómo las actividades clave se convierten en valor proporcionado para los clientes”.
5) Canales. En este caso hay que plantearse cómo te das a conocer y qué medios utilizas. Se trata de hacer algo parecido a un proceso de márketing y preguntarse cómo te conocerán tus clientes potenciales, cómo decidirán si deben comprar lo que les ofreces, cómo proporcionarás el servicio y qué seguimiento harás para asegurarte de que están contentos.
6) Relaciones con clientes.
7) Asociaciones clave. Las asociaciones te sostienen como profesional y te ayudan a hacer el trabajo con éxito. Estas personas pueden ser compañeros, mentores, miembros de tu red de contactos, etcétera.
8) Ingresos y beneficios. Debes apuntar tus fuentes de ingresos tales como el salario, los honorarios profesionales, acciones, regalías o cualquier otro pago. A esto hay que añadir cualquier beneficio adicional que puedas recibir, como el seguro de asistencia sanitaria, becas, planes de jubilación, etcétera.
9) Costes. Algo que viene a traducirse como qué das. Los costes son la inversión para trabajar e incluyen tiempo, energía y dinero. Por eso, en Tu modelo de negocio se propone hacer una lista de los costes directos y los indirectos.
10) Reflexión. Debes repasar tu trayectoria profesional y pensar en cómo quieres conjugar tus aspiraciones laborales y personales con el rumbo que has adoptado.
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