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miércoles, octubre 20, 2010

Consejos simples para crear una marca de fácil nombre y recordación

Aún no la vi, me intriga saber secretos de un éxito y después poder aplicarlos. Leyendo hoy  La Vanguardia de Barcelona me encuentro con esta nota firmada por  Anna Solana que expresa muy bien conceptos de cómo crear una marca.

En la película The Social Network, que se estrenó el pasado 15 de octubre, Sean Parker, creador de Napster, anima a Mark Zuckerberg a quitarle el artículo determinante inicial (The) a su incipiente Facebook porque el nombre "suena más limpio". El resultado lo han experimentado ya más de 500 millones de personas.

Dicen que el nombre hace la cosa. Y su sonoridad, al parecer, alimenta el deseo de poseerla. O eso afirman investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) que acaban de publicar un estudio en el Journal of Marketing en el que sugieren que la estructura lingüística de una marca puede condicionar nuestro estado de ánimo y la decisión de compra. Sobre todo cuando los nombres utilizados son fonéticamente repetitivos, como en el caso de Kit Kat, Hubba Bubba o Tutti Frutti, y además se leen en voz alta.



No es nada nuevo. El naming, es decir, la creación léxica de nombres de marca, suele tener en cuenta el impacto de la sonoridad de una propuesta. El matiz diferenciador del estudio, dicen, se encuentra en el concepto de repetición. Los investigadores comprobaron su teoría usando muestras de helado que etiquetaron con nombres diferentes.



Todas contenían el mismo producto, pero unas tenían un nombre de sonoridad repetitiva y las otras no. Los participantes escogieron las primeras, lo que para Jennifer Argo, profesora de márketing de la Universidad de Alberta (Canadá) y responsable del informe, constituye la respuesta a una pregunta clave para los responsables de márketing en las empresas: ¿Qué es lo que hace que una marca tenga éxito?



"Basándome en estos resultados, diría que los anuncios de radio y televisión son importantes, pero que también lo son los empleados de un negocio. Por ejemplo, antes de que los clientes pidan lo que quieren en un restaurante, los camareros podrían recordarles el nombre del establecimiento en el que están. Los vendedores también podrían hablar con los clientes y mencionar el nombre de la marca", aconseja Argo en varias publicaciones.



Sin embargo, tampoco conviene pasarse. El mismo equipo advierte que demasiada repetición o la asociación cacofónica de sílabas es contraproducente. Va-vale.

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