En el año 2000, en mi curso de estrategia nacional hecho en el Centro de Altos Estudios Nacionales de Uruguay llegamos a la tesís que China en el corto plazo se iba a coronar como potencia mundial, en ese año ya era número ocho, en diez años alcanza el puesto número dos.
El Banco Mundial hace dos años daba a China como segunda potencia global por capacidad de compra, un cálculo que valora el tipo de cambio de las divisas.
Ahora China se convirtió en la segunda economía del planeta en el segundo trimestre de 2010 en detrimento de Japón, que vio como la recesión mundial le restó ímpetu a su crecimiento y le entorpeció una precaria recuperación, según cifras oficiales.
El gobierno japonés reconoció que el PIB nominal de China fue superior al de Japón en el segundo trimestre (abril a junio): 1,337 billones de dólares contra 1,288 billones de dólares respectivamente, según las conversiones oficiales. Sin embargo, en el conjunto de los seis primeros meses del año, el PIB de Japón fue de 2,578 billones de dólares, contra 2,532 billones de China.
No es la primera vez que China supera a Japón en cifras trimestrales del PIB, pero al hacerlo ahora en el segundo trimestre podría significar un período en que la ventaja sea insuperable. Además, la economía de China será posiblemente más grande que la de Japón a finales del 2010 debido a la gran diferencia en sus tasas de crecimiento. China se expande casi 10% cada año, mientras se prevé que Japón crezca sólo un 3% este año.
Las cifras ponen de relieve el surgimiento de China como una potencia económica que está cambiando todo, desde el equilibrio global en el poderío militar y económico hasta el diseño de automóviles. China es ya el número uno del mundo en exportaciones, compra de vehículos y productor de acero, al tiempo que su influencia mundial crece. De hecho, en Estados Unidos, sostienen que en 2030 podría convertirse en la primera economía del mundo.
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