El futuro Palacio de Congresos, Exposiciones y de las Artes Escénicas de Vitoria tiene un nombre que, según los expertos, es demasiado largo y difícil de recordar. Tanto, que la mayoría de los vitorianos prefieren referirse a él como «el auditorio», a pesar de que el complejo vaya a incluir mucho más que una caja escénica para conciertos. Por eso, el Ayuntamiento de Vitoria se ha puesto manos a la obra para buscar por fin una denominación para el equipamiento que se levantará a partir de otoño en la plaza de Euskaltzaindia.
La sociedad municipal Ensanche 21 llamá a un concurso público para que un grupo de expertos elabore el plan de marketing e identidad corporativa del proyecto. La empresa elegida no sólo se encargará de bautizar al equipamiento bajo la tutela del Consistorio, sino que buscará que esa denominación se convierta en una imagen «de marca» que tenga una proyección «internacional», tal y como explica el texto de la licitación. Esto abre las puertas a que la identidad final pueda incluir alguna palabra en inglés.
La firma elegida deberá tener en cuenta que el proyecto estará formado por cuatro edificios que son el auditorio sinfónico, el de cámara, un palacio de congresos y una 'arena', o pabellón de exposiciones y conciertos. Los técnicos de Ensanche 21 han elaborado un documento en el que explican a los expertos de marketing que este complejo necesita una denominación adecuada porque aspira a ser «un revulsivo económico, social, cultural y urbanístico, generador de riqueza y empleo». En definitiva, el equipamiento impulsará la imagen de Vitoria «como un sólido referente internacional» en el mercado congresual, expositivo y cultural.
Identidad «fuerte»
El Ayuntamiento de Vitoria quiere que el recinto cultural más costoso de la ciudad -154 millones, sin IVA-, sea capaz de 'venderse' con facilidad de cara al público. De entrada, pretende conseguir que los ciudadanos vean la marca y el proyecto como «un motivo de orgullo». Al mismo tiempo, las distintas empresas y operadores internacionales deben asumir que el edificio diseñado por el arquitecto madrileño Mariano Bayón es «un referente congresual y cultural de primer orden», cita el concurso municipal. Y eso se consigue con «una identidad corporativa fuerte».
La empresa adjudicataria intervendrá antes, durante y después de las obras, lo que significa que colaborará de forma activa en el nacimiento del proyecto. La licitación municipal detalla, por ejemplo, que el equipo elegido pondrá un nombre «versátil y susceptible de desarrollar una arquitectura de marcas que englobe las diferentes líneas de negocio». Al parecer, esto da luz verde a que cada uno de los cuatro edificios pueda a su vez 'bautizarse' más tarde con otro nombre al margen de la denominación general.
La firma también realizará el logo, la página web del auditorio y organizará la creación de distintos soportes publicitarios -desde bolígrafos hasta anuncios-. Organizará además ruedas de prensa -al menos una de ellas antes de la colocación de la primera piedra- y organizará los actos de la inauguración, previstos para «el invierno del año 2013».
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