Los inflables son una idea de negocio bastante rentable, ya que se pueden alquilar varias veces en unos días bien programados. La nota que sigue explicá muchos secretos de este negocio.
Carpas hinchables, hangares, naves y domos. Buildair Ingeniería y Arquitectura, S.A. Trabajan en la fabricación, ingeniería y diseño de carpas y cubrimientos hinchables. Especialistas en cubrir espacios de gran tamaño.
«Gracias a nuestro software, hacemos todos los cálculos sin haber comprado ni un metro de material ni haber cosido nada». Gracias a ello, dice Gerardo Raiden, dan más velocidad al desarrollo de una estructura hinchable y se aseguran de antemano que, llena de aire, tomará la forma deseada, por muy complejo que sea el diseño.
Javier Marcipar (38 años) es un ingeniero argentino que llegó a España en 1999 para hacer un doctorado en estructuras hinchables. Le apasionaban los insospechados usos que se le estaba dando a lo hinchable, que ya se empleaba incluso en antenas de satélites. Con el apoyo del Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Marcipar creó un software de patronaje, simulación y cálculo de vientos para estas estructuras, viejas conocidas en algunas aplicaciones –las consabidas carpas de verano o construcciones de recreo que se llenan de niños descalzos– pero que no se utilizan para otros fines por simple falta de ciencia y de saber hacer.
Buildair, con sede en Ripollet (Vallès Occidental), una plantilla de 10 trabajadores y un socio con fábrica en Buenos Aires, es la empresa que pusieron en marcha Marcipar y otros profesores de la UPC. El director gerente, el también argentino Gerardo Raiden (33 años), dice que hace unos años había muy pocas herramientas para optimizar el proceso de diseño y de desarrollo de hinchables: «Y eso que son unas estructuras que sobre el papel son lo que tú quieres, pero que, cuando se hinchan, pueden adquirir formas inesperadas».
En una coyuntura económica que invita a domeñar los costes, la propuesta de esta firma vallesana ha gustado a la aerolínea chilena Lan Airlines, que les encargó este año una carpa de 900 metros cuadrados para ampliar uno de sus hangares en el aeropuerto de Santiago de Chile. «Se trataba de una estructura de forma semitubular, con un ancho de 30 metros, una distancia muy grande que obliga a ser muy exigentes al diseñar». Si el diámetro de los tubos hinchables de los que están hechos estas estructuras fuesen inferiores a lo que se ha calculado, el arco se hundiría. Pero si fuesen superiores, la estructura no sería óptima, ya que podría soportar cargas mas altas de las que en realidad debe soportar, lo que aumenta el peso sin ningún motivo. Del diámetro de los tubos depende también la elección de tejidos y costuras. En dar con esa medida exacta está parte del mérito de esta pequeña empresa, que se apoya en el mencionado software de cálculo de estructuras y en la tecnología de hinchables de baja presión (en contraste con la alta presión, permite el empleo de unos tejidos más livianos, que garantizan una construcciones más seguras y un transporte más fácil de las estructuras).
En octubre, Buildair presentó en Stuttgart (Alemania), en el salón Structural Membranes, el proyecto del hangar hinchable móvil chileno, que hoy puede acoger a dos Boeing 767. «El reglamento dice que ciertas labores de mantenimiento deben hacerse bajo techo. De ahí la necesidad de Lan Airlines».
A pesar de que las estructuras hinchables no se hayan tomado demasiado en serio hasta hace poco, lo cierto es que se trata de un sector con ganas de innovar. Buildair está a punto de iniciar un proyecto europeo financiado en parte por la Unión Europea sobre «nuevos materiales ultraresistentes y ultralivianos».
Uno de los cálculos más sensibles es el de vientos, que no tiene nada que ver con el que se aplica a los edificios hechos a base de hormigón armado. «Damos más seguridad, porque al ser hinchables se pueden deformar levemente y así adoptar formas más aerodinámicas».
La empresa atiende las necesidades de agencias de eventos y del mundo de la industria. Hay estructuras hinchables que sirven como silos de almacenamiento.
MANEL TORREJÓN EL PERIÓDICO
BARCELONA
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