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jueves, diciembre 28, 2017

inscripción al curso de introducción al coaching abiertas para Perú

sujeto a 10 participantes
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La escuela de Coaching de Jacobo Malowany ya ha dictado cursos en Argentina, Bolivia, España y Uruguay.  Título acreditado internacionalmente. Fuente laboral y liderazgo empresarial.

lunes, diciembre 18, 2017

¿Qué es ser coach, facilitador del potencial humano?

Los cambios de la economía del último cuarto del siglo XX han reconfigurado ciudades como Nueva York, Londres, Tokio, Barcelona, San Pablo, México o Buenos Aires

ENTREVISTA A SASKIA SASSEN
«Una ciudad global paga un costo social alto, no es simplemente una fórmula para que todos estemos contentos»
Para la renombrada autora de "La ciudad global", la conformación de ese tipo de ciudades trae mucho dinamismo. Pero al mismo tiempo genera nuevos desafíos políticos y desventajas. Rechaza la idea de que las ciudades globales sean producto únicamente de la economía global. Y avisa del surgimiento, en ese marco, de nuevas fuerzas sociales y políticas. 

Por Juan Pablo Palladino y Lucio Latorre
juanpabloteina@yahoo.es / lucioteina@yahoo.es

Los cambios de la economía del último cuarto del siglo XX han reconfigurado ciudades como Nueva York, Londres, Tokio, Barcelona, San Pablo, México o Buenos Aires, cada una en su medida y con sus particularidades. Territorios donde se articula la nueva economía, aquella que depende de las tecnologías de la información, y donde se encarnan las modalidades sociales y urbanas del orden mundial avanzado. Desde la arquitectura, con edificios emblema que alojan al poder financiero y a los servicios de producción punta, hasta la sociedad, con la aparición de nuevos estilos de vida y una evidente polarización de la población según estén dentro o fuera, incluidos o excluidos.
Ciudades que evidencian el dramático cambio que sufrió el sistema de la política interestatal a partir de la década del 80. Entonces los estados nacionales cedieron a la desregulación, la privatización y la apertura de sus economías a las firmas extranjeras. Empezó a crecer la participación de actores de las economías nacionales en el mercado global. Y, con ello, la conformación de esa urbes en nodos de la globalización.
La estructuración de estas ciudad, hace más de dos décadas, llamó la atención de la socióloga Saskia Sassen, una holandesa que residió hasta su juventud en Argentina y que ahora lo hace en Estados Unidos. Entonces se dispuso a estudiarlas. Más tarde sugirió la teoría de la ciudad global, que dio nombre a su principal obra, y que la convirtió en una reconocida especialista en dinámicas urbanas del nuevo capitalismo.
Sassen enseña sociología en la Universidad de Chicago y, como invitada, en la London School of Economics. Completan su colección otros libros, como Contra-geografías de la globalización; Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizosLa soberanía en la era de la globalización; Traficantes de sueños y ¿Perdiendo el control? De este último, confiesa antes de la entrevista, opina que la traducción del título al castellano por parte de la editorial ha sido un tanto «tremendista».
¿Qué entiende por nueva economía?
Es un concepto muy ambiguo, porque nuevas economías han pasado por todos los siglos. Pero en el contexto actual, en un cierto tiempo y espacio, es aquélla que usa de manera muy intensa las nuevas tecnologías de la digitación; tanto para cuestiones de redes interactivas como de softwarede servicios que se pueden vender. No tanto objetos, más bien servicios. Y refiere también a cómo eso se va expandiendo y va alterando sectores de la economía. Sectores que quizá están produciendo algo que no es digital, sí, pero cuyo proceso de producción, de distribución, de concepción o de ejecución este componente está presente.
Esta definición tan amplia implica que hay muchas modalidades a través de las cuales este fenómeno afecta a las distintas ciudades. Y como en mi investigación yo no puedo manejar un concepto tan amplio y general, raramente utilizo el de nueva economía: lo encuentro demasiado general. Es una imagen muy poderosa pero no me es útil.
Muchas ciudades modernas se conformaron a partir de la industrialización. ¿Cómo afecta la nueva economía a las ciudades? Por otra parte, ¿cuáles son realmente las que se ven afectadas?
Esta nueva modalidad de producción y distribución, que usa esta nueva tecnología, forma parte de todos los sectores económicos. Si bien lo hace mucho más en las finanzas que en la agricultura, también está en ésta. Y afecta a distintas ciudades en una variedad de modos. A mí lo que me ha interesado comprender se refiere a la dinámicas más profundas en urbes complejas, entre las cuales están las ciudades globales (porque también hay ciudades complejas que no son tan globales). Así entramos en un debate familiar: con estas tecnologías algunas de las viejas lógicas que explicaban la aglomeración urbana dejan de tener tanto peso.
Una nueva tendencia de urbanización...
En realidad la mitad de la tendencia. La otra es que, para ciertos sectores, especialmente los de punta, la posibilidad de la dispersión geográfica de sus actividades –por ejemplo, la posibilidad de Mc Donald's de desparramarse como una firma financiera con filiales e inversiones por todo el mundo-, genera una necesidad contraria. Es decir, una necesidad de funciones de comando que, irónicamente, implican una reterritorialización, una nueva lógica de aglomeración. Para ciudades más pequeñas, esa tendencia puede tener toda una multiplicidad de consecuencias. Entonces, a distinta escala, esta tendencia es una mezcla de dispersión geográfica y reterritorialización en forma de aglomeración urbana de ciertas actividades de punta. Eso se evidencia en muchas ciudades, también en las que no tienen nada que ver con la globalización, porque encuentran esas dinámicas a nivel de su economía nacional.
Cada vez más ciudades se lanzan, a veces de manera precipitada, a construir edificios-emblemas, encarar importantes transformaciones urbanas y organizar grandes eventos. Hay quienes dicen que esto es indispensable para atraer inversiones y hacer «ciudad global».
Sólo es una cuestión de una fase. Cuando desarrollé este modelo corría la década del 80, y eso se empezaba a vislumbrar en ciudades como Nueva York o Londres, que sufrían la bancarrota, con crisis fiscales enormes en la década anterior y todas las predicciones de que estaban terminadas. Y en los ochenta vemos una serie de intervenciones que restablecen el espacio urbano a unos precios muchos más altos. Ahora bien, lo que yo no me esperaba era que esa dinámica se diera en los 90 también en Beirut, en Buenos Aires, en todo el mundo.
¿Una dinámica necesaria, entonces?
Yo lo plantearía, más bien, por medio de dos cuestiones. La primera: si es necesaria para el desarrollo urbano en esta época. Porque todo tiene su historicidad, aquí nada es eterno, de la misma forma que la crisis fiscal de aquellas ciudades no duró para siempre. Dentro de esta historicidad, ¿es necesario para el desarrollo urbano o es un posible modelo que genera rentas para un suficiente número de sectores del poder que lo ven atractivo? Este tipo de inversiones se da por todo el mundo, de forma impresionante. Esta noción del edificio más alto, de arquitectura que refleja el poder simbólico, es en ciertos casos una especie de modelo, que también se observa en ciudades asiáticas.
Por otro lado, hay una expansión de un cierto tipo de firma, de empresa, y de un cierto tipo de trabajador (de oficina, de alto nivel profesional) que tienen una capacidad de renta enorme, que se encuentran en un mercado global competitivo, y para los cuales estar en determinadas ciudades, en determinado edificio, etcétera... importa. Forma parte de un ambiente espeso que mezcla cuestiones simbólicas con cuestiones de necesidad real. Aunque no creo que sea sólo de necesidad.
CIUDADES GLOBALES
Algunos critican que las «ciudades globales» están más conectadas y complementadas entre ellas que a su entorno, al que le dan las espaldas.
Eso es una tendencia básica muy importante, lo cual no significa que opera con la misma intensidad en todos lados. Por ejemplo, Nueva York o Londres representan realmente ese caso. O sea, que no importa demasiado lo que pasa en el entorno, no importa demasiado la economía regional, la cual puede incluir manufactura, industria. Pero en ciudades que pertenecen al nivel sub-global, observamos una exageración del papel de la ciudad principal —esto es: del centro financiero y comercial—, que nos recuerda al viejo colonialismo. Esas ciudades articulan un espacio económico nacional con los circuitos globales. Así, con la globalización, especialmente en el sur, en la década de los noventa, se vuelve a ese tipo de articulación.
¿Cómo pasa con Buenos Aires?
En la urbanística clásica, se entendía que la jerarquía urbana integraba al territorio nacional. Entonces, cuando una ciudad como Buenos Aires se vuelve ciudad global como lo hizo en los 90, integra el territorio nacional, con un objetivo muy estrecho y con formas especializadas de articulación. Formas que llevan a la extracción de valores de la economía nacional y su inserción en circuitos globales... y vaya uno a saber dónde para la renta. Puede hacerlo en Nueva York, en inversiones argentinas en España. Se trata de un aspecto muy problemático, una nueva versión, con diferencias, de esas viejas pautas del colonialismo. En Argentina siempre hablábamos de cómo las redes de ferrocarriles tenían como intención conectar al interior con Buenos Aires en vez de conectarse entre ellas. Ahora, eso pasa otra vez.
¿Y cómo desempeña, por ejemplo Buenos Aires, ese papel de ciudad global en el contexto nacional?
Una temática que es crucial en mi análisis refiere que hay que pensar en esos centros financieros, y a las finanzas en general, no simplemente en términos de flujo de dinero. Sino como actores con la capacidad de volver líquidos valores económicos que en el pasado pensábamos que eran sólidos, y una vez vueltos líquidos, pueden circular como instrumentos financieros en circuitos globales. Por ejemplo, antes, si tenías la propiedad de un edificio, sobre lo que tenías propiedad era el edificio, la construcción en sí. Ahora existe el instrumento financiero que representa al edificio. Uno tiene propiedad sobre ese instrumento, al que puede vender, comprar nuevamente y volver a vender, y lo puede hacer en cualquier lado del mercado global. A eso me refiero con volver líquidos valores económicos nacionales. Una ciudad como Buenos Aires cumple una función enormemente sofisticada en ese trabajo de licuar, que se da tanto a través de profesionales y empresas argentinas como de filiales de compañías extranjeras.
Entonces, podríamos afirmar que las ciudades globales son aquéllas que han logrado adaptarse a la economía globalizada, y donde se sitúan los principales actores del poder que manejan el capitalismo global.
Se puede decir eso. Son nodos de ajuste de este sistema. Un ajuste que conlleva la reinvención del espacio central, del espacio valorizado de la ciudad, y que puede estar en el centro mismo o, como en el caso de Argentina, en una región metropolitana. Ese ajuste no es simplemente una decisión, implica toda una revalorización del entramado urbano y un desplazamiento de quienes no entran en esta modalidad. Para mí, la ciudad global tiene dos funciones productivas: una, justamente, la de facilitar, manejar, parte de lo que llamamos «la economía global», la cual no existe simplemente en los mercados electrónicos sino que nace en esas urbes. Esa red de 40 ciudades globales que surge en los 90 cumple la función de expandir la economía global. No responde a una decisión de los jefes urbanos de esas ciudades. La segunda función es política en dos sentidos: desestabiliza viejas políticas de clase y genera nuevas modalidades políticas.
¿Por ejemplo?
Emergen dos actores estratégicos. La ciudad global representa un momento en la trayectoria del capital globalizado donde ese capital tan electrónico, poderoso, elusivo, invisible, se vuelve hombres y mujeres, y se convierte en una necesidad de edificios y de infraestructura. En tanto, se vuelve hombres y mujeres que lo quieren todo en el circuito de las oficinas de producción y también en el circuito de reproducción social: sus estilos de vida, sus casas, etcétera. Esa fuerza enorme, privada, se materializa. Se vuelve, hablando en términos marxistas, fuerza social;  una fuerza social muy distinta de la vieja burguesía.
Junto a ésta, hay una segunda fuerza social emergente: un nuevo plantel de trabajadores, que no son los antiguos sindicados, y que incluye empleados muy vulnerables, a menudo migrantes o inmigrantes, mujeres, ciudadanos minimizados (como los negros, en Nueva York, o los argelinos, en Francia). Trabajadores desprotegidos, que ocupan una posición sistémica en estas ciudades globales, porque también son parte de las dinámicas de la globalización; no todos pero sí muchos. Ellos también logran emerger, forman esa especie de lo que Marx llamaba el Lumpen, aunque conforma un error verlo como tal, ya que constituyen una nueva fuerza social.
¿Cómo conviven estas dos fuerzas sociales?
La pregunta que yo me hago es en qué momento estas dos fuerzas sociales se encuentran en combate político. Porque no hay mucho de esto, hay mucha opresión, mucha desigualdad, explotación, pero combate... Las luchas son, más bien, micro-sociales, donde hay mucho anarquismo: los que ocupan casas; la defensa de sectores de bajo nivel social para que sus espacios no se vuelvan apartamentos de lujo, lo cual implicaría su desplazamiento; la lucha contra policías que intentan limpiar una parte de la ciudad para que se vuelva más manejable para un nuevo circuito social, como ocurrió en Río de Janeiro o Sao Paulo. Ésas, para mí, son micro-luchas políticas donde este capital globalizado se confronta. Hay un momento político ahí, que incluye a esa parte de la sociedad que Marx hubiera llamado Lumpen pero que aquí se vuelven actores políticos. Y muchas de las formas de violencia que vemos en la ciudad, que llamamos violencia urbana porque no es como la violencia del robo o del asesinato, expresan esa lucha política. La ciudad global conforma un espacio que también genera esos actores políticos, no simplemente refiere a un aspecto de la economía global.
Cabe preguntarse sobre si la aparición de estos nuevos actores políticos exigen una reformulación de las instituciones de gobierno.
En muchas de estas ciudades, el gobierno no se ha comportado brillantemente. Pascual Maragall, en su etapa como alcalde de Barcelona, supo cómo manejar esto: si bien no eliminó la desigualdad, la manejó de una manera que permitió una redistribución de los beneficios. La Buenos Aires de los 90, donde hubo un dinamismo económico espectacular a nivel urbano, generó una miseria en las viejas clases medias. Esto es: surgió un plantel de profesionales de mucho ingreso, se embelleció y renovó parte de la estructura de la ciudad, pero no hubo distribución de beneficios. Mientras que en Barcelona se supo cómo redistribuir para que también los sectores populares pudieran extraer alguna ventaja de ese enorme dinamismo que se dio en los últimos 20 años en estas ciudades. Ése es uno de los grandes problemas de gobiernos nacionales y locales, dependiendo de qué parte del mundo se está hablando. Y responde a que los políticos no entienden casi nunca las dinámicas urbanas.

¿OTRA GLOBALIZACION ES POSIBLE?

Las desigualdades de la globalización neoliberal son cada vez mayores. El sociólogo catalán Manuel Castells dice que si se sigue esta tendencia terminaremos viviendo en universos paralelos. ¿Exagera?
Ya hay un poco de esto. De hecho, la ciudad global no es la descripción de toda una ciudad, sino un modelo analítico que trata de captar ciertas dinámicas urbanas estratégicas y los espacios en los cuales éstas se materializan. Así, hay muchas partes de la ciudad que no aparecen en esas dinámicas, casos muy extremos, como el barrio Bronx, en Nueva York, donde la miseria es enorme. Pero opino muy diferente a Castells, con quien en muchas cosas coincido, en cuanto a que, volviendo a la función política, encuentro que algunas de estas clases de trabajadores, medias lumpen, tienen una posición sistémica dentro del espacio económico que conforma la ciudad global. Un lugar que los posiciona como actores políticos, como parte del capitalismo avanzado globalizado. Como el código que utilizamos no nos permite captar esta conexión, hay que refutar el código. ¿Cómo el inmigrante que no habla inglés en Nueva York puede ser parte del sector avanzado? ¿Cómo puede serlo del sector globalizado? Y sí, puede serlo. De hecho, lo es. Pero para entenderlo hay que trazar cuáles son los circuitos que conectan estos mundos económicos con las finanzas globalizadas. Entonces, aunque parecen ser mundos paralelos, forman todos parte del capitalismo actual, y que en la ciudad global asume su forma más avanzada.
Existe un discurso muy fuerte que señala que la globalización es un proceso «inevitable». Y sus detractores la explican como una excusa que ayuda a los peces gordos del mercado a concentrar poder. ¿Otra globalización, más justa, es posible?
Emergente una globalización de sectores sociales donde se ubican los movimientos de Porto Alegre, los activistas del medio ambiente, los de los derechos humanos... Emerge una globalización que es política, de resistencia, de ciertas formas de acción política, pero también de acción social, de acción legal. Hay una serie de proyectos sociales, cívicos, de ley; mucho de lo que se está haciendo en el ámbito nacional es una forma de globalización político-legal-cívica que contesta al neoliberalismo, que lo resiste. Y que, a su vez, se siente como global, no como anti-global, sino como lo que ahora llamamos la otra globalización. Y es muy importante reconocerlo.
Otro tipo de globalización que permite esperanzarse...
Sí. Ahora bien, también hay otra globalización, u tercer tipo, que es criminal. La de los traficantes de drogas, los de personas, el terrorismo internacional organizado. Mafias que usan las infraestructuras de la globalización para sus objetivos. Hay, al menos, tres globalizaciones muy poderosas. La más, la que domina, es la económica neoliberal. Pero yo creo que ningún poder formalizado —y esta economía está bastante formalizada a través de las políticas que todos los países participantes en ella han trazado, y que facilitan y permiten la existencia de mercados y empresas globales, porque eso no cayó del cielo—, ningún gran poder formalizado duró para siempre. Con excepción de la Iglesia Católica, claro, que parece que no deja de durar. No lo hizo,  el Imperio Británico, tampoco el Norteamericano, y no lo hará este modelo tan brutal que está destruyendo a más de cincuenta economías. Es un sistema muy poderosa, sí, pero no va a durar para siempre, al menos bajo esta modalidad. Eso sí, habrá otras que serán igualmente poderosas, igualmente destructivas. La dinámica puede desarrollarse, por ejemplo, en la dirección de generar espacios protegidos. Hace 10 años muchos me preguntaban acerca de la posibilidad de que el mundo se desarticule, por un lado, en una serie de ciudades privilegiadas y, por otro, en una especie de desastre. Eso es posible, seguramente la peor modalidad.
Quedan inevitablemente rezagadas las numerosas ciudades que no cumplen los requisitos para adaptarse a esta economía globalizada.
Una ciudad global paga un costo social alto, ojo. Lo global trae mucho dinamismo pero también plantea un gran desafío de administración. O sea, que no es simplemente una fórmula para que todos estemos contentos. Por otra parte, hay muchas modalidades por medio de las cuales sobreviven esas aglomeraciones urbanas, las pequeñas, las no globales, a las que hace referencia en su pregunta. Y es que la economía globalizada es una parte muy pequeña de la economía total; una parte con gran poder, estratégica, sí, pero que existe junto a otra mucho mayor de actividades localizadas, regionalizadas, de ámbito nacional. Un ejemplo es el turismo de alta clase, como el de La Habana, en Cuba, donde las inversiones extranjeras han generado un espacio para viajeros de alto nivel. Y hay muchas otras tácticas, algunas muy buenas, otras no tanto, que se están usando y que encajan dentro de circuitos internacionales. A la par, hay ciudades que están sufriendo. En Estados Unidos, por ejemplo, algunas urbes se están empequeñeciendo, como ocurre con Detroit, que ha perdido capacidad económica y en la cual hay espacios que se vacían.
¿Coincide en que existe un discurso mediático que tiende a endiosar una imagen parcial de ciudad global? Un discurso interesado, quizá impulsado por sectores de poder que sacan ventaja de las dinámicas económicas que se dan en estas ciudades.
Sí, pero también hay mucha multivalencia en todo esto: no se puede hablar, simplemente, en términos de bueno o malo. Depende del manejo político de la situación. Una ciudad global puede abrir paso a un dinamismo económico enorme y generar dinamismos políticos muy interesantes; las luchas mismas son interesantes. El espacio de la ciudad globalizada es un espacio que está muy despierto, enérgico. Por eso me importa capturar las posibilidades políticas que se dan en ellos; el hecho de que el capital globalizado se vuelva fuerza social, que uno la pueda combatir. Es verdad que el discurso mediático ha generado imágenes de bellos edificios, bellos restaurantes, gente bien vestida, y se a transformado en una especie de mercado a través del cual se vende la imagen de las ciudades. Lo cual nos lleva al principio esta entrevista: existe un manejo simbólico del vocabulario.

Del citymarketing a la ciudad global

Me ha resultado muy interesante el dossier que publica La Vanguardia, sobre las ciudades globales. En el 2004 en el Congreso de CityMarketing ya cité en mi exposición del cierre del mismo que las ciudades seguían concentrando poder y que el tema trabajo e ingresos era el desafió del futuro. Bien en el resumen del dossier se explica mucho de estos temas. 

La ciudad global Alex Rodríguez El rasgo fundamental y permanente de los griegos fue el particularismo, que halló su expresión en las polis, las ciudades Estado. Para los filósofos, la ciudad tenía que tener un tamaño determinado. Platón sostenía que no debía de rebasar los 5.000 habitantes, y Aristóteles decía que todos sus ciudadanos debían de conocerse entre sí, al menos de vista.

Tanto Platón como Aristóteles o el arquitecto y urbanista Hipodamo, tildado de exagerado por planear una ciudad de 10.000 habitantes, se frotarían hoy los ojos de incredulidad: 28 megaciudades con más diez millones de habitantes hacen empequeñecer a muchos estados.Vanguardia Dossier analiza en esta nueva monografía el poder de las ciudades y su impacto en el orden mundial. 

Las ciudades globales están acumulando riqueza y recursos, están desempeñando un papel central como motores de la economía y están formando corredores urbanizados transnacionales que superan los límites de los estados (Curtis), como la llamada banana azul europea, una región de 110 millones de habitantes que se articula en torno al eje Manchester- Milán.
Esta ciudad global demanda talento de alta cualificación y trabajadores con bajos salarios (Sassen). Su sistema operativo estará basado en el talento (Borafull). Son ciudades conectadas (Khanna), redes de ciudades que configuran la geografía de la globalización corporativa (Taylor), en la que emerge China: el poder de las ciudades se está desplazando hacia el este (Remes y Ribeirinho).

Pero las ciudades en sociedad red no son estrictamente urbanas –en cada región metropolitana conviven el campo y la ciudad, áreas naturales y zonas residenciales…– y su poder se ve confrontado crecientemente con el contrapoder de los marginados (Castells).En Latinoamérica, la región más urbanizada del planeta, se está creando un patrón de urbanización en el que se registran enclaves con excelentes o adecuados niveles de condiciones de vida y otros que son inaceptables para grandes mayorías (Ziccardi).

La brecha de las desigualdades no sólo afecta a las naciones, también representa un importante desafío para sus ciudades. Unas ciudades que asumen sin complejos el desafío de intentar resolver problemas característicos de la vida moderna: la competitividad económica, la pobreza, los desafíos de la diversidad social y los imperativos de la sostenibilidad ambiental.

Nace un nuevo localismo (Katz y Nowak). La ciudad Estado, más allá del modelo Singapur (Tortajada y Biswas), resurge. Y plataformas como el C-40, una red formada por 91 ciudades entre las que se encuentran Madrid y Barcelona, combaten el cambio climático. Como también lo hacen 300 alcaldes estadounidenses que se han comprometido a respaldar los acuerdos de París que su presidente, Donald Trump, no cumplirá (Watts). Benjamin Barber, el prestigioso teórico político recientemente fallecido, reivindicó la creación de un parlamento global de alcaldes y al alcalde como figura política global.

Porque la ciudad global ya existe, y será central en la política del siglo XXI.

viernes, diciembre 15, 2017

competitividad e innovación, comentarios de conferencia de Jacobo Malowany

Es necesaria una actitud de liderazgo, con innovación y competitividad: Jacobo Malowany 19 de Octubre de 2017 Es importante que el joven universitario, con una visión del mundo que hoy le toca vivir, reflexione sobre la trascendencia que tendrá buscar de manera permanente hacer uso de su talento, habilidades, ser competitivo, creativo e innovador, afirmó Jacobo Malowany, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Uruguay. Al impartir esta mañana la primera conferencia magistral Ser tu propio líder desprende amor, innovación y competitividad, en el marco del XI Congreso Internacional Convisión Empresarial 2017,", invitó a los estudiantes presentes a potenciar sus talentos y a hacer un lado aquellas barreras mentales que les limitan en su desarrollo humano. Tenemos que aprender a romper las barreras que nos impiden avanzar, reiteró, y dijo que todos debemos de desaprender de lo que no es necesario cargar al identificar lo que realmente se desea en la vida, así como el aplicar todas herramientas y estrategias específicas que lleven a convertir los propósitos en realidad. En su mensaje a los estudiantes universitarios presentes en el Centro de las Artes, les dijo que de manera permanente busquen un cambio en su vida y que hagan realidad sus ideales y metas para que se conviertan en entes sociales productivos y felices. "El mundo va a una velocidad que no se detiene, y por lo tanto es necesario el replantear nuestras ideas sobre qué vamos a hacer y cómo nos veremos en los próximos años", expresó el también coach facilitador del potencial humano, certificado a nivel internacional. Jacobo Malowany planteó que es necesario entender que no todo está perdido en el mundo, y que por lo tanto los jóvenes necesitan de muchas motivaciones, haciendo referencia a la importancia de darle valor a la sensibilidad, al amor, al aprecio, a la competitividad y a la innovación. "Sin amor, no hacemos nada. Hay que ponerle pasión a las cosas y hacer lo que a uno le guste; incluso juntarse con quien tenga esa actitud y estar feliz de hacer lo mismo", añadió. Por ello, advirtió que en su conferencia tenía el deseo de que todos los asistentes se llevaran algo nuevo para su vida. "Muevo el piso para que alguien haga clik en su mente y diga: ¡ándale, tengo que irme por este lado… ya no puedo seguir así!". Durante el desarrollo de su conferencia puso en práctica una dinámica donde demostró cómo se sigue con los modelos tradicionales del status quo, sin poder innovar y competir. "Es ahí donde el mundo puede empezar a cambiar", concluyó. (JAR) RESPONSABLE DE ESTA PUBLICACIÓN DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN Preguntas, comentarios o dudas

martes, diciembre 12, 2017

ranking de ciudades y museos más visitados en el mundo en 2017

En el mundo de hoy, la experiencia asociada a la emoción vivida genera muchas reacciones. Tenemos en cuenta en muchas de las conferencias de CityMarketing que brindamos en el mundo que cada día más las personas exponen sus vidas en transformar momentos de felicidad en lugares públicos, acaso nuestros abuelos no lo hacían en sus casas con el carrusel de diapositivas o álbumes de fotos que mostraban infinitas veces de sus viajes. Hoy viajar es más fácil, la cámara para perpectuar momentos nos acompaña todo el tiempo y redes sociales activas son el complemento ideal para una buena forma de obsevar el comportamiento de un turista.  El diario The Washington Post nos comenta las s ciudades, lugares y hashtags más populares de Instagram en 2017 escrito por Megan McDonough




(Pexels)


¿De qué sirve viajar por el mundo si no puedes compartirlo, o presumir de ello, con amigos en tu casa?


Instagram, la popular plataforma para compartir fotos, se ha convertido en una de las appsfavoritas de los viajeros, quienes a menudo publican fotos de sus aventuras mundanas con el objetivo de recordar a sus seres queridos que están de vacaciones, y que están muy contentos con eso.


La aplicación lanzó recientemente su año de revisión de datos, que incluyó, entre otras estadísticas, las ciudades, lugares y museos más fotografiados de 2017, basados en los datos geoetiquetados. El equipo de datos de Instagram también destacó los principales hashtagsy filtros utilizados por su comunidad global de 800 millones de usuarios.


La Gran Manzana y Disneyland ocuparon los primeros puestos de las ciudades y las ubicaciones más fotografiadas, mientras que el Museo del Louvre de París fue el museo más visitado de todo el mundo (sin duda gracias a las numerosas selfies de los turistas con la Mona Lisa).

Museo del Louvre de París (Archivo).


El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York ocupó el primer lugar entre los museos de Estados Unidos, mientras que el Museo Hirshhorn y el Jardín de Esculturas de Washington se clasificaron entre los primeros 10 puestos.




Aquí hay algunas de las listas más importantes del sitio:




Las ciudades más populares de Instagram en 2017:
1. New York
2. Moscow
3. London
4. Sao Paulo, Brazil
5. Paris
6. Los Angeles
7. St. Petersburg
8. Jakarta, Indonesia
9. Istanbul
10. Barcelona


(AFP)




Los lugares más populares de Instagram en 2017:
1. Disneyland, Anaheim, Calif.
2. Times Square, New York
3. Central Park, New York
4. Eiffel Tower, Paris
5. Tokyo Disneyland
6. Disney's Magic Kingdom, Orlando
7. Louvre Museum, Paris
8. Brooklyn Bridge, New York
9. Disney California Adventure Park, Anaheim, California
10. Las Vegas Strip


(Archivo)




Los museos más populares (glogal) en 2017:
1. Louvre Museum, Paris
2. The Metropolitan Museum of Art, New York
3. The Museum of Modern Art, New York
4. Los Angeles County Museum of Art
5. British Museum, London
6. American Museum of Natural History, New York
7. Whitney Museum of American Art, New York
8. Victoria and Albert Museum, London
9. Natural History Museum, London
10. Museum of Ice Cream, Los Angeles


MoMA (Archivo)




Los museos más populares (Estados Unidos) en 2017:
1. The Metropolitan Museum of Art, New York
2. The Museum of Modern Art, New York
3. Los Angeles County Museum of Art
4. American Museum of Natural History, New York
5. Whitney Museum of American Art, New York
6. Museum of Ice Cream, Los Angeles
7. San Francisco Museum of Modern Art
8. Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Washington, D.C.
9. National September 11 Memorial & Museum, New York
10. Solomon R. Guggenheim Museum, New York




Top hashtags de 2017:
1. #Love
2. #Fashion
3. #PhotoOfTheDay
4. #Photography
5. #Art
6. #Beautiful
7. #Travel
8. #Happy
9. #Nature
10. #PicOfTheDay
(Archivo)




Hashtags que han incrementado su popularidad en 2017:
1. #Photography
2. #TravelPhotography
3. #Memes
4. #Summer2017
5. #NaturePhotography
6. #Meme
7. #Travel
8. #FitnessMotivation
9. #BTS
10. #Photographer




Los filtros más utilizados en 2017:
1. Clarendon
2. Gingham
3. Juno
4. Lark
5. Moon

Uniendo la fe y la naturaleza: Monumento a la paz mundial desde Uruguay

  La familia caballero franco: inspiración y liderazgo Hablar de Noelia Franco y Omar Caballero, así como de su maravillosa familia de cin...